Manual de Iniciación del Huerto Urbano

Cultivar hortalizas es posible en la ciudad., en cualquier terraza o balcón, por pequeño que sea podemos producir hortalizas para autoconsumo.

También, podemos destinar parte de nuestro jardín al huerto creando un espacio en el que combinar aromáticas, pequeños arbustos e incluso algún frutal.

La mayoría de las plantas hortícolas necesitan sol directo para crecer y desarrollarse correctamente. Otras, agradecen un poco de sombra en las horas punta del día.

Crear un plano y marcar en él la exposición solar que tenemos durante el día nos ayudará a distribuir mejor nuestro huerto y a situar las plantas en el espacio que mejor se ajusta a sus necesidades.

En esta tabla encontraréis información sobre qué hortalizas toleran mejor una sombra total o parcial. Esto no significa que no necesiten nada de sol, sino que pueden crecer bien en zonas del huerto que reciban pocas horas de radiación solar

La tierra del Huerto

Debemos intentar que la tierra donde vamos a cultivar nuestras hortalizas esté suelta, esponjosa y aireada, con una buena capacidad de retención de agua y que contenga todos los nutrientes que las hortalizas van a necesitar para desarrollarse correctamente.

Los Abonos en el Huerto

Como todas las plantas, las hortalizas necesitan una serie de nutrientes para crecer y desarrollarse correctamente, que les proporcionaremos mediante el abono.

En la composición de cada uno de ellos encontraremos en qué proporción están disponibles los que las hortalizas necesitan en mayor o menor cantidad (macronutrientes y micronutrientes):
los macronutrientes son el nitrógeno, el fósforo, el potasio y el magnesio; los micronutrientes necesarios aunque en menor cantidad son

Compost:

Es un producto natural que obtenemos después del proceso de compostaje de residuos orgánicos de origen vegetal o animal o de la mezcla de ambos.

Humus de lombriz o vermicompost:

Similar al compost con la diferencia de que el proceso de compostaje ha sido realizado por lombrices. Es un producto de gran calidad que mejora las propiedades del suelo.

Estiércoles:

de caballo, de gallina, de oveja, de bovino… todos ellos aptos para el huerto urbano siempre y cuando estén bien compostados. De lo contrario, pueden llegar a quemar nuestras plantas como consecuencia de la elevada temperatura a la que se llega durante el proceso de descomposición (compostaje).

Abonos orgánicos concentrados de distinta procedencia:

guano (excrementos de aves marinas), harina de pescado, sangre, cuerno y pezuña animal, etc.

Abonos con formulaciones especiales:

responden a las necesidades específicas de algunas hortalizas, aromáticas y frutales para favorecer su floración y cuajado/engorde de frutos.


En la sección de jardinería de BAUHAUS encontraremos además abonos de origen no ecológico que también podemos utilizar en el huerto urbano aunque en un huerto para autoconsumo deberíamos intentar priorizar el cultivo ecológico de hortalizas.

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