Edafología: su nombre viene del griego “edaphos” que significa superficie de la tierra y estudia el suelo desde todos los puntos de vista: morfología, composición, propiedades, formación y evolución, taxonomía y distribución, utilidad, recuperación y conservación.
La edafología constituye una de las asignaturas básicas de las ciencias agropecuarias puesto que se encarga de describir el medio de producción y el medio donde se desenvuelven todos los factores relacionados con los recursos naturales.
La justificación de la enseñanza de la Edafología, en los planes de estudio del futuro técnico profesional en desarrollo rural sostenible reside en la consideración del suelo como principal medio de producción. Las tareas de utilización del suelo encaminadas a la productividad deben encuadrarse en el conocimiento de todos los factores que afectan a su conocimiento y con base a ello garantizar el uso sostenible del recurso suelo.
El futuro técnico deberá ser capaz de identificar los suelos, desde un punto de vista global, y decidir la idoneidad o no de ubicar allí un determinado cultivo, con argumentaciones razonadas acerca de las propiedades edafológicas y su relación con la vegetación.
Uno de los grandes desafíos de las ciencias agropecuarias es la correcta coordinación de productividad y conservación del suelo. Prácticas inadecuadas, basadas en la producción a corto plazo han provocado la pérdida de fertilidad y el cambio de potencialidad edafológica. Para evitar estos problemas de uso, el técnico deberá tener un conocimiento profundo del suelo que trabaja.
INTRODUCCIÓN A LA EDAFOLOGÍA.
La edafología en el quehacer de los agrónomos es de vital importancia debido a que el suelo es el principal medio de producción para la agricultura exceptuando la producción hidropónica.
Si todos conociéramos los suelos en que cultivamos, se evitarían un sinnúmero de problemas relacionados a la degradación y contaminación, por el mal uso y manejo que se les da. De igual manera se hubiesen evitado miles de muertes ocasionadas por la ocurrencia de eventos de remoción en masa, licuefacción e inundaciones, entre otros.
¿Cómo se forma y transforma el suelo?
El clima es un factor importante en la formación y evolución de los suelos al facilitar la meteorización de la roca madre. Las lluvias y el sol, son dos agentes que propician la formación de los suelos.
Las rocas al estar expuestas al calor proveniente de los rayos solares se calientan y luego al darse una precipitación repentinamente se enfrían, provocando que se agrieten con el tiempo (meteorización física) y permitan luego el ingreso de sales minerales contenidas en las lluvias (meteorización química), que hacen que las grietas se hagan más pronunciadas y finalmente las rocas se fragmenten (UEX, 2005).
La meteorización química de la roca madre se reconoce al darse cambios en su coloración.
Primeramente se observan coloraciones que varían de amarillo a pardas, al principio apenas perceptible y al irse acentuando el proceso éstas se vuelven más intensas.
Las lluvias y la temperatura, influyen directamente en la cantidad de arcilla presente en un suelo, contribuyendo con esto a la fertilidad de los suelos.
En cuanto a la materia orgánica, las precipitaciones altas contribuyen a su mayor concentración pero la temperatura al incrementarse hace que la materia orgánica se destruya, haciendo que sea menor su contenido en los suelos.